Por Toñy Genovard.
Hoy os traemos una idea para que los más peques (y los no tanto) de la casa puedan realizar como regalo para el día del padre, día de la madre, para regalar a un profesor, a los abuelos, o a alguien especial, ¿por qué no? Se trata de plasmar en una taza de cerámica un dibujo personalizado realizado por nuestros pequeños artistas. El procedimiento que os vamos a enseñar hoy es para que un adulto pueda “transferir” el dibujo realizado por el peque. Si estáis pensando si no se puede dibujar directamente en la taza os responderemos que sí, también tenéis esa opción, pero tened en cuenta que el resultado puede no resultar como esperáis, primero porque los pequeños no están acostumbrados a dibujar sobre este tipo de soporte (la taza no es plana, es resbaladiza…), no tienen tanto control psicomotriz y es difícil estar corrigiendo el dibujo si quieren modificar algo, por lo que os recomendamos utilicéis esta otra forma.
Primero de todo, ¿qué vamos a necesitar?
Para el dibujo os recomiendo que recortéis un folio a lo largo y que el tamaño del alto sea un poco menos que el de la taza y se lo deis a los peques para que dibujen en él lo que quieran. De esta forma será más fácil, ya que el tamaño de los dibujos estará ajustado a nuestra taza, y es recomendable dejar espacio libre por la zona de arriba, sin pintar, ya que lo ideal es evitar que los labios y los líquidos entren en contacto con las zonas pintadas de la taza. Una vez tenemos el dibujo listo, preparamos la taza, bien limpia y seca, sin polvo ni restos de etiquetas, grasas, etc... y nos ponemos a trabajar:
Cortamos un trozo de papel de calco de la misma altura que la taza y lo pegamos con celo o washi tape a la misma (la cara que calca tiene que estar en contacto con la taza, en el caso de la fotografía es papel de calco amarillo, y la cara amarilla es la que calca y la que está en contacto con la porcelana), si tenéis una cierta edad como yo seguro que habéis utilizado el papel de calco en muchas ocasiones y lo tenéis muy claro.
Después, sobre el papel de calco colocamos nuestro dibujo (si es necesario para ajustar el dibujo al tamaño de la taza podemos recortar un trozo o doblar el papel para dejar menor espacio en blanco). Cuando ya tenemos el dibujo bien pegado sobre el papel de calco y la taza es la hora de tomar un lápiz normal y corriente y con cuidado ir repasando por encima por todo el dibujo sin olvidarnos de ningún detalle.
Una vez hemos terminado de repasar el dibujo completo, quitamos con cuidado el papel de calco y el folio, y veremos cómo se ha transferido el dibujo a la superficie de la taza.
Ha llegado el momento de ponernos a trabajar con los rotuladores especiales para porcelana. En este caso hemos utilizado sólo un rotulador negro, pero también podría hacerse con rotuladores de colores.
Con cuidado, repasamos con el rotulador por encima de las líneas amarillas que nos han quedado marcadas. Podéis ir repasando todo el trazo o marcando ligeros puntos, como prefiráis, veréis que a veces el rotulador "resbala" sobre lo amarillo y no queda del todo bien, pero luego lo podemos corregir haciendo una segunda pasada.
Esperamos unos 15 minutos para asegurarnos que la pintura está seca al tacto y con un pañuelo de papel, trapo o servilleta, vamos suavemente eliminando los restos amarillos del calco. Una vez que ya no tenemos restos de calco amarillo en la taza, de nuevo tomamos el rotulador de porcelana, limpiamos un poco la punta y podemos ir repasando los dibujos de nuevo si queremos, en aquellas zonas donde no haya quedado lo suficientemente claro.
Para fijar la pintura y que quede permanente en la porcelana tendremos que seguir las instrucciones que nos indique el rotulador que hayamos comprado. Los más habituales necesitan de fijación con calor, pero hay algunas marcas en el mercado que se fijan sin necesidad de calentarlos.
Nosotros el que utilizamos es de la marca "Hobby Line" de C. Kreul, y en este caso sí requiere de fijación, pero el procedimiento es muy sencillo: una vez limpio y realizada la segunda pasada debemos dejar secar completamente la pintura unas cuatro horas, después metemos la taza en el horno frio y lo encendemos a una temperatura de 160º, lo dejamos cociendo unos 90 minutos. Una vez pasado el tiempo, apagamos el horno y dejamos que la pieza se enfríe dentro. Este paso no es imprescindible, pero si lo hacemos así nuestra pintura quedará totalmente fijada y será resistente al agua y al lavavajillas.
Si utilizáis otro tipo de rotulador, leed bien las instrucciones y seguid los pasos indicados.
Una vez tenemos nuestra taza terminada, para presentarla para regalo podemos rellenarla de caramelos, frutos secos, bombones, barritas de chocolate, o como veis en nuestro ejemplo pinchamos unas chucherías en palitos de brochetas y lo envolvemos en papel transparente.
¡Ya tenemos listo nuestro regalo!
Hasta la próxima, y... Si te gusta, no dejes de comentar y compartir :D
Toñy Genovard, mamá de dos peques inquietos y bloguera a la que le apasionan las manualidades, la costura, el movimiento diy… todo lo que se pueda hacer con las propias manos. Espero que mis propios trabajos te puedan servir de inspiración y de ayuda.